Más de un siglo de bicicletas

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Los historiadores colocan como punto de partida a la llamada laufmaschine, considerada la primera bicicleta. Perteneció al barón alemán Karl von Drais a principios del siglo XIX. Estaba hecha de madera y era empujada con los pies.

Ahora bien, según indica el diario español El País, fue el herrero escocés Kirkpatrick MacMillan quien en 1839 inventó los pedales para que treinta años después fuera el británico Thomas McCall empezara a fabricar el modelo.

Desde entonces, la bicicleta ha tenido un sinfín de modificaciones para obtener una mayor eficiencia, tanto en velocidad como en la practicidad de su uso en distintos aspectos: peso, espacio, tamaño y demás.

Fue en 1870 cuando empezó la producción de la famosa bicicleta de rueda alta, tan mostrada en películas e ilustraciones de la época; todo un símbolo de lo que es llamado antaño. El mismo medio español indica: “Aunque ahora resulte extraño, estas bicicletas eran más cómodas que sus predecesoras, pero su popularidad fue limitada”. El texto explica que para su conducción se necesitaba prácticamente de un acróbata.

Una década después surgen las bicicletas con dos ruedas de tamaño similar. Ya cercano al fin de ese siglo aparecen las ruedas con neumáticos para luego empezar a fabricarse en masa. No olvidemos que fue en pleno esplendor de la Era Industrial y un artefacto como este que facilitaba tanto los traslados no iba a pasar inadvertido.
El industrial John Kemp quedó registrado en la historia por ser considerado el pionero de la bicicleta moderna en el siglo XX, momento en el que también la bicicleta empezó a popularizarse como medio de recreación entre los niños.

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A comienzos del siglo XX, específicamente en 1903, comienza a realizarse el Tour de Francia, actividad en la que bicicleta adquiere un rango deportivo y lúdico. Ya entonces empiezan a ser más necesarias las continuas innovaciones para la obtención de mejores resultados en la pista, como por ejemplo el cambio del material de las llantas.
No fue hasta los años treinta del siglo pasado cuando las llantas dejaron de ser de madera para empezar a hacerse de aluminio. No solo era menor el peso, sino también mayor la duración.

Desde entonces han sido distintos los materiales para aminorar la carga y aumentar el desplazamiento, hasta llegar a nuestros días con modelos cada vez más aerodinámicos, prácticos y fáciles de manejar.

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